Día #8 – Migraciones y población vulnerable

Afiche día 8 español

Cuarentena sin hogar: Los desafíos para muchas personas migrantes durante la pandemia.

Una de las poblaciones más expuestas al contagio por covid-19 es la población migrante. Es casi imposible tener los cuidados necesarios cuando muchos de ellos no tienen un hogar fijo y viven en refugios precarios.

Aun cuando no haya una pandemia, muchas familias de migrantes y desplazados enfrentan grandes dificultades para obtener acceso a la atención médica, alimentos y para obtener un hogar estable. La Directora ejecutiva del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), Henrietta Fore advierte que “la pandemia podría devastar la vida de las poblaciones de refugiados, migrantes y desplazados internos si no se toman medidas internacionales urgentes”[i].

UNICEF (2020) reportó que “se estima que en el mundo hay 31 millones de niños que han tenido que abandonar sus hogares. De ellos, 17 millones son desplazados internos, 12,7 millones son refugiados y 1,1 millones son solicitantes de asilo. La mayoría no tienen la posibilidad de llamar a un médico, de lavarse las manos cada vez que lo necesitan o de poner en práctica el distanciamiento social para frenar la transmisión de la enfermedad”.

Por otra parte, los migrantes en muchos países latinoamericanos deben esperar su proceso de legalización en “campamentos improvisados, en situación de calle, en comunidades o centros de acogida, en los que no siempre se han implementado los protocolos sanitarios[ii].

Las situaciones son tan diversas en cada país y región, el denominador común en todos los casos es la situación de vulnerabilidad en la que se encuentra gran parte de la población migrante. Se estima que cerca de 10,000 inmigrantes de Centro América han sido expulsados de los Estados Unidos luego que sus visas legales fueron suspendidas.

Otro ejemplo destacado es el cierre de la frontera entre Panamá y Costa Rica o entre El Salvador y Honduras.  Según la ONU, “Panamá enfrenta un desafío particular por su posición geográfica y por el cierre de frontera con Costa Rica, lo que ha generado que más de 2500 personas migrantes irregulares permanezcan en el país, y a pesar de los esfuerzos de las autoridades, aún se presentan condiciones de hacinamiento y limitado acceso a servicios de salud, información, alimentación, agua y saneamiento. En Honduras, la situación de algunas personas atrapadas en la frontera con El Salvador es preocupante, ya que en su mayoría carecen de tales servicios básicos[iii]

Por su parte, los migrantes venezolanos se encuentran repartidos en varios países de nuestro continente, concentrándose mayormente en el territorio colombiano, en donde la difícil situación económica que viven se ha agravado a tal punto que se estima que entre 14000 y 21000 venezolanos se han visto forzados a regresar a Venezuela[iv].

Entre las consecuencias de la crisis económica se prevé un aumento de la “trata de personas y el tráfico de migrantes desde los países más afectados hasta los destinos más ricos” según la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD). La trata es un delito que consiste en forzar o extorsionar a una persona para explotarla sexualmente en trabajos de diferente tipo.

Según el director de la Fundación Doulos, Daniel Bravo, quien trabaja con población migrante en varias partes de Colombia, “el fenómeno covid-19 ha mostrado la realidad de los migrantes en toda su crudeza. Irónicamente, son también los más olvidados en este tiempo. Mientras su situación empeora, la asistencia que reciben es cada vez más escasa.”

Daniel Bravo comenta que “no son tiempos fáciles para las iglesias, ministerios y organizaciones del sector social, en particular aquellas con programas y/o proyectos enfocados en servicio a migrantes. La crisis generada por el covid-19 ha restringido severamente la capacidad de continuar movilizando recursos de todo tipo para atender a esta población”.

“A medida que superamos el trauma generado, nuestros esfuerzos han estado enfocados en adaptar las intervenciones a las reglamentaciones gubernamentales y a buscar nuevos recursos para la atención prioritaria de las comunidades más vulnerables”.
Según Bravo, la principal tendencia que se espera del “sector social” es un esfuerzo que privilegie la cooperación como elemento estratégico de respuesta. “Esta es una oportunidad para extender generosidad hacia el extranjero que sufre con más dificultad los efectos de la pandemia”.

Esta entrada tiene 2 comentarios

  1. Teresa de Jesús Rivera de Vides

    Buenas tardes estimados hermanos.

    En verdad la mies es mucha y los obreros pocos, Señor envía mas obreros a tu mies.

    Estoy apoyando en oración, es la forma en que puedo hacerlo por el momento

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